Eric Schlosser, periodista y autor
de 'Command and Control', obra sobre el riesgo nuclear
Es coautor del documental 'The
Bomb', proyectado en la Berlinale y en el Festival de Tribeca (Nueva York) Begoña
Donat18/04/2017
«En la actualidad existe un arsenal de
15.000 armas atómicas
repartidas
entre nueve naciones del mundo. Muchas de ellas son más poderosas que la bomba
que destruyó Hiroshima en 1945».
«Chernóbil y Fukushima
fueron desastres terribles, pero el efecto de la radiactividad es
casi invisible. Si, en cambio, un arma nuclear explota en cualquier ciudad del
mundo, las imágenes de devastación van a hacer palidecer las fotos de Alepo».
«Con mi trabajo no trato de generar miedo,
sino sensibilizar, quizás indignar y, con suerte, provocar
la energía para actuar».
«En el pasado se eliminaron instituciones
poderosas y terribles como la esclavitud. Las cosas se
pueden mejorar, pero si eres vago y complaciente, y asumes que los problemas se
arreglarán por sí mismos, sólo irán a peor. Hoy puedes visitar las ruinas de
las sociedades decadentes que un día se creyeron poderosas».
«Desde el 11-S han muerto más
estadounidenses en su bañera que por atentados terroristas. Pero cuando
entras en el cuarto de baño no miras con horror tu bañera».
«El partido republicano se ha servido del
miedo al terrorismo para ejercer el poder y manipular a la gente. Es una
técnica muy antigua, que no la han inventado ellos. En 1933, los nazis
incendiaron deliberadamente el Reichstag para utilizarlo como excusa para
atacar a socialistas, comunistas y judíos».
«El activismo contra las armas nucleares
no es como reciclar o comprarse un coche eléctrico, sino que
pasa por unirse para manifestarse en la calle y mandar un mensaje alto y
claro».
«Nancy Reagan cuando era primera dama de
EEUU tuvo un papel crucial en el desarme. Le afectaron
mucho las manifistaciones contra las armas nucleares en EEUU y Europa de los
años 80».
«En el momento álgido del Watergate se
temía que Nixon tuviera tendencias suicidas. Bebía mucho y deambulaba por
la Casa Blanca hablando con los retratos de los antiguos presidentes. Era un
presidente que provocaba alarma por su acceso al botón rojo, pero a Trump le
gustan sus edificios, sus hijos y se adora a sí mismo».
«Asistimos a un creciente nacionalismo en
un mundo en el que se está incrementado la identidad religiosa y étnica. La
ONU y la Unión Europea se crearon para reducir esos sentimientos que en la II
Guerra Mundial habían provocado el asesinato de 65 millones de personas».
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