Cómo llegó la Biblia del Diablo al Gabinete de
las Maravillas del excéntrico emperador Rodolfo II RedacciónBBC
Mundo 19 marzo 2017
BIBLIOTECA NACIONAL DE SUECIA El libro tuvo que ser reparado en el siglo
XIX pues tuvieron que tirarlo por una ventana para salvarlo de un incendio. Se
cree que perdió unas 10 páginas.
Es el más grande libro medieval del mundo: con 310 pergaminos hechos con la piel de 160 burros, su grosor es de 22 centímetros. Mide 90 cm.. de largo y 50 cm., y todo eso pesa 75 kilos: se necesitan dos personas para cargarlo.
No por
nada se llama "Codex Gigas", que en
latín significa "Libro gigante".
En sus páginas puedes
leer desde el Antiguo y Nuevo Testamento, hasta dos obras de Flavio Josefo, las
"Etimologías" de Isidoro de Sevilla; "Ars
medicinae" ("El arte de la medicina"); "Chronica Boëmorum" ("Crónica de los
bohemios") del siglo XII, de Cosmas de Praga y un calendario.
Y, como los libros de
antaño, está hermosamente iluminado e ilustrado con dibujos a color, entre los
que se encuentra uno que ocupa toda una página de un personaje que pocas veces
encuentra un lugar tan destacado en los textos religiosos: Lucifer.
No por
nada se le llama "La biblia del diablo".
PER B. ADOLPHSON/BIBLIOTECA NACIONAL DE
SUECIA Aparece desnudo, con
sólo un taparrabos de armiño. El armiño era asociado con la realeza así que
aquí enfatiza su posición como príncipe de las tinieblas.
La leyenda dice...
La historia -y por
supuesto la leyenda-, comienzan en 1230 en Podlažice (en la actual República
Checa), en un monasterio de la Orden de San Benito o Benedictina, cuyos monjes
tomaban rigurosos votos de obediencia y castidad.
Soportaban además
castigos físicos, ayunos, privación de sueño y autoflagelación.
En ese régimen, la
vanidad era una abominación y uno de los monjes fue juzgado y encontrado
culpable de ser extremadamente vanidoso.
Supuestamente fue
condenado a muerte: a la mañana siguiente, lo iban a emparedar vivo.
Ante tal perspectiva,
el penado ofreció escribir un libro para redimir sus pecados.
Prometió que lo haría en una sola noche y que sería el libro
más grande que hubieran visto, pues contendría toda la sabiduría humana y
glorificaría al monasterio.
BIBLIOTECA NACIONAL DE SUECIA Al otro
lado del diablo está la Ciudad Celestial, de manera que si el libro permanece abierto
en esas páginas, tienes el cielo y el infierno lado a lado.
Su propuesta fue
aceptada: su vida a cambio del monumental libro.
El monje se puso en
la tarea sin suspender su trabajo hasta que se le entumeció la mano. Apenas
había logrado escribir una pequeña parte de "toda la sabiduría
humana" y ya no podía más.
No le quedaba más que
hincarse y rezar.
Pero en vez de dirigirse a Dios, le pidió ayuda al ángel caído Lucifer,
ofreciendo su alma a cambio de que terminara el libro.
El príncipe de las
tinieblas escuchó la oración del monje y aceptó con gusto su oferta. Con sólo
un chasquido de los dedos de sus garras, el libro quedó listo.
Fue tal la gratitud
que sintió el monje que pintó un retrato de salvador en una página completa. O
quizás fue el mismo diablo el que firmó su obra con su autorretrato.
La historia dice que...
En
ocasiones, las mayúsculas -como la E y la L aquí- ocupan toda la página.
Decoradas con espirales causan un efecto visual atractivo al contrastarse con
el texto vertical de la derecha.
El manuscrito empezó
a ser considerado desde entonces como una de las maravillas del mundo, así que
cuando los benedictinos de Podlažice se encontraron en serias dificultades financieras,
se lo empeñaron a los monjes cistercienses de Sedlec.
Pero a estos también
les fue mal: en el claustro donde guardaban el Codex Gigas se desató una fuerte
epidemia.
El libro gigante
volvió a manos de los benedictinos, pero los del monasterio de Břevnov
(1289-1332), y cuando estallaron las guerras husitas en 1420 los monjes se lo
llevaron a Broumov.
Pobreza,
plaga y guerra... además de
cargar con la leyenda de haber sido escrito por el diablo, la enorme obra
empezó a tener la reputación de ser una maldición para quien la
poseyera.
Eso no le importó
mucho a Rodolfo II de Habsburgo (1552 - 1612), Archiduque de Austria, rey de
Hungría (1572-1608) y de Bohemia (1575-1611) y Emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico (1576-1612).
El gabinete de las maravillas
El
calendario recuerda las fechas para conmemorar los santos y otros eventos y
personas importantes.
Rodolfo II había
trasladado la capital del Imperio a Praga, a la que transformó en un centro de
cultura, en el que se encontraban desde artistas y científicos de la estatura
de Johannes Kepler y matemáticos hasta magos y nigromantes (adivinos que usan
las vísceras de muertos e invocan espíritus para ver más allá).
Promocionó a eruditos
de renombre que sentaron las bases de la ciencia y astronomía moderna, así como
estudiosos de lo oculto.
Y su excentricidad,
además, estaba materializada en unas salas que creó para guardar todo lo que
coleccionaba en armarios repletos de curiosidades.
Era el "Gabinete
de las Artes y de las Maravillas" y, aunque nunca sabremos cuántos ni
exactamente cuáles objetos raros logró reunir, resaltan manuscritos extraños
como el Voynich (un libro ilustrado, escrito en un alfabeto desconocido y un
idioma incomprensible) y la vara de Moisés, así como
lodo del valle de Hebrón, con el que Dios modeló a Adán.
§
El Manuscrito Voynich,
el enigmático libro que nadie puede leer, sale a la venta
Además, heredó el ainkhurn, un supuesto cuerno de unicornio, y la copa de ágata,
que la tradición consideraba como el Santo Grial.
A esa colección de
maravillas, Rodolfo II se empeñó en añadir la Biblia del Diablo.
Tras insistir mucho y
prometer que se trataba sólo de un préstamo personal, que la devolvería apenas
la terminara de leer, los monjes se la cedieron en marzo de 1594... y nunca más
la volvieron a ver.
A las manos de la mujer que fue rey
Hay
otras iníciales decoradas con otros estilos: esta -una I- tiene una ardilla
como haciendo de punto.
Una vez más, la
guerra contribuyó al periplo del Codex Gigas.
En los últimos días
de la Guerra de los 30 días (una serie de batallas entre protestantes y
católicos entre 1618 y 1648), el ejército sueco invadió áreas de Praga, entre
ellas aquella en la que estaba el castillo.
Parte del botín
fueron varios libros valiosos, entre ellos la Biblia del Diablo, lo que
complació a la reina Cristina, conocida por su obsesión por
acaparar libros, que leía con voracidad, y que usaba para mejorar
las bibliotecas de su país.
Así llegó a su
destino final.
Lo que dicen los expertos...
El
Código Gigas cuando ya estaba en la Biblioteca Nacional de Suecia, en una
imagen estereoscópica tomada en 1906.
Hoy, el misterioso
texto religioso con tan perversa reputación está guardado en la Biblioteca Nacional
de Suecia en Estocolmo, que en 2015 lo subió a la web para que estuviera al
alcance de todos.
Expertos modernos han
hecho análisis extensivos de la escritura los cuales muestran que efectivamente un sólo escribano compuso todo el manuscrito.
Los historiadores
apuntan a una firma dentro del texto -"hermann inclusis"
("Herman el Recluso")- como evidencia de su solitario autor.
Pruebas de recreación
de la caligrafía de la Biblia del Diablo indican que tomaría cinco años escribiendo sin parar, 6 horas al
día, 6 días a la semana.
Pero como el posible
autor era un monje, sólo podría haberle dedicado 3 horas al día, así que probablemente le tomó años 10 terminarlo.
Eso, sin tener en
cuenta que debía hacer los reglones antes de escribir, para que todo quedara
derecho, y decorar las páginas después, de manera que pudo haberle tomado entre 20 y 30 años.
Ante tal obra
maestra, no sorprende que haya pensado que al crear este tomo masivo el autor de estaba poseído por algo, ya fuera la luz
divina o el príncipe de las tinieblas.
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