lunes, 10 de octubre de 2016

Es bueno aguantarse los gases


Rosalía Quintana Martín  10 octubre 2016 
Las normas no escritas de corrección social obligan a retener las flatulencias cuando estamos en público (otros han depurado el arte de disimularlas). 
Hay pocas cosas que te comprometen más que expulsar aires en el momento menos adecuado y con la compañía incorrecta. Puede ser consecuencia de que hace miles de años el Senado Romano denegara aceptar socialmente las flatulencias. “En mi opinión, como médico digestivo, fue un error” afirma el doctor Gonzalo Guerra, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED). “Los gases hay que expulsarlos y atender la llamada de la naturaleza”, añade. Si estamos en un momento comprometido y esta llamada es insistente no nos quedará otra que disculparnos y acudir al baño (o por lo menos aislarnos sonoramente) para atender la situación.
En general, cuando hablamos de “gases”, nos solemos referir al aire que se encuentra en el intestino grueso o colon, y que produce síntomas como la hinchazón o distensión abdominal o las flatulencias. Según el doctor Agustín Balboa, especialista en aparato digestivo del Centro Médico Teknon (Barcelona), “el gas se forma en esta zona por la interacción de dos factores principales: las bacterias que todos tenemos en el colon y los restos de la digestión de los alimentos que llegan allí, donde se formarán las heces”; y añade que “es una situación de incomodidad intestinal que raramente se complica”. Pero como en todo, hay casos extremos en los que la persona no consigue evacuar esos gases de ninguna manera, pudiendo dar lugar a divertículos en el colon (saquitos que se forman en la pared interna del intestino).
“El volumen de gas producido depende del tamaño del colon, de la flora intestinal y del tipo de alimento que se ingiera, independientemente de si eres hombre o mujer" Agustín Balboa, doctor especialista en el aparato digestivo
El doctor Guerra lo explica con una analogía: “Es como las ruedas de los coches que tienen cubierta y cámara. Si la cubierta está algo desgastada e insuflamos demasiado la cámara, puede resquebrajarse y salir un pequeño globo, que naturalmente provocaba el reventón de esa rueda”. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU, los divertículos se pueden infectar (por contacto con restos de heces, por ejemplo), provocando una diverticulitis, una afección leve pero dolorosa que puede requerir cirugía. Por lo general aguantarse los gases no supone un gran riesgo físico para nuestro intestino.
Los de ellos no son más sonoros
Aunque se trata de un asunto que los hombres suelen afrontar con más descaro en cuanto a sonidos se refiere, no hay ninguna certeza científica que demuestre que el ruido que producen dependa del género. “El volumen de gas producido depende del tamaño del colon, de la flora intestinal y del tipo de alimento que se ingiera. Tanto hombres como mujeres pueden tener hinchazón abdominal y el volumen del gas dependerá directamente de la cantidad de aire que pueda contener el colon del sujeto, independientemente de su sexo”, afirma el doctor Agustín Balboa. Simplemente se trata de actitud: “Este tipo de situaciones son llevadas con más naturalidad y menos pudor por los hombres. Las mujeres suelen ser más discretas a la hora de elegir el lugar y la compañía”, añade el doctor Guerra, confirmando algo que todos intuímos.
Si eres de los que no ha superado la barrera de lo socialmente aceptado y crees que no hay nada más embarazoso que ventosear en público, seguramente has pensado en más de una ocasión: “Si me aguanto ¿los gases terminarán diluyéndose en mi interior?”. La respuesta nos la da el doctor Balboa: “Se irán produciendo lentos procesos de reabsorción de algunos componentes del gas intestinal”. Pero para entonces, ya habremos pasado un mal rato.


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