Los Tiempos .- Publicado el
21/10/2016 a las 0h45
Todo el mundo los tiene y pueden
aparecer en cualquier momento. Según El País en el artículo “Guía para mantener
tus lunares a raya”, las actrices Eva Mendes, Scarlett Johansson, Natalie
Portman,
Kate Winslet, Madonna y Cindy Crawford, quizás no serían las mismas
sin el lunar que llevan en su rostro y que son parte de su original atractivo.
Y es que los lunares están casi casados a la idea del aspecto sexy, por ello es
que hubo un tiempo en el que las mujeres que no los tenían se los pintaban, con
el fin de parecerse a las divas de esa época como Marilyn Monroe o Liz Taylor.
Sin embargo y pese a su indiscutible
atractivo, cuando se tienen lunares se sabe que hay que cuidarlos y para evitar
alguna lesión maligna que derive en melanoma se los debe proteger del
sol, así la sobreexposición a los rayos UV está contraindicada definitivamente.
Los lunares son crecimientos sobre la
piel que aparecen cuando las células productoras de pigmento de la piel,
llamadas melanocitos, crecen en grupos. Los lunares son muy comunes y se
calcula que la mayoría de las personas tiene entre 10 y 40 lunares. Una persona
puede desarrollar nuevos lunares hasta los 40 años aproximadamente.
Los lunares se presentan de forma
aplanada, o abultada, lisa o verrugosa, de igual modo su color también puede
variar desde pardos a oscuros o negros. Inclusive en muchas personas pueden
tener el mismo tono de la piel.
“De forma general, se considera que el
número y el tipo de lunares de un individuo está determinado genéticamente. No
obstante, la capacidad de adaptación al sol que tiene cada persona (“fototipo”)
así como el grado de exposición solar recibido son otros factores que pueden
influir en el número de lunares que aparecen a lo largo de la vida de cada
persona”, explicó a
El País, la doctora Lidia Maroñas
Jiménez, médico especialista en Dermatología en el Hospital Universitario 12 de
Octubre de Madrid y asesora de los laboratorio La Roche Posay.
La mayoría de los lunares no representan
ningún peligro, así que no hay la necesidad de extirparlos; Sin embargo cuando
un lunar cambia de color, tamaño o forma, es importante asistir a una consulta
urgente con el dermatólogo.
El abcde de los lunares
Es importante aprender a identificar los
lunares anormales, para poder hacerlo se debe examinar la piel con frecuencia y
establecer la diferencia que hay entre un lunar inofensivo y normal ante uno
que se está convirtiendo en anormal, que puede terminar en un lunar canceroso.
Hay que tener en cuenta el ABCDE para la detección del melanoma:
• Asimetría: Una mitad de un lunar es
distinta de la otra.
• Borde: Un lunar es irregular, tiene
ondulaciones o está mal definido.
• Color: Un lunar tiene variaciones en el
color desde un área a otra o tiene diferentes tonalidades de bronceado, de
marrón y de negro, y en ocasiones de blanco, de rojo o de azul.
• Diámetro: Un lunar es más grande que
el tamaño del borrador de un lápiz.
• Evolución: un lunar que cambia de tamaño,
forma o color.
“Examinar de manera regular la propia
piel con la guía ABCDE para comprobar los signos de advertencia de cáncer de
piel, sobre todo de melanoma, es un modo importante y sencillo para detectar
lesiones y lugares sospechosos que podrían ser cancerosos”, afirmó en un
comunicado de prensa la Dra. Jennifer Stein, directora asociada del Servicio de
Lesiones Pigmentadas del Langone.
Prevención de manchas y lunares
La prevención de las manchas y lunares
tanto benignos como melanomas está orientada a la protección frente al
sol, pero según el doctor Alberto Saravia Zárate médico dermatólogo y consultor
de Bio-Oil, sostiene que la aparición de manchas también se debe a causas
internas, como cambios hormonales debidos al embarazo, la menopausia o el uso
de anticonceptivos orales.
Te brindamos las siguientes
recomendaciones para tener un mejor cuidado y evitar la aparición de pecas y
manchas:
1. Evita exponerte mucho tiempo al sol, sobretodo en horarios donde la
radiación es más intensa que es entre las 12.00 y las 16.00 horas porque es
cuando hay una mayor radiación solar y afecta más a la piel.
2. Cuida a diario
la piel con filtros solares o bloqueadores medicados. Recuerda que debes
aplicarte el bloqueador varias veces al día, ya que este pierde su efecto
protector después de cierto tiempo. Recuerda: un fotoprotector por debajo de 30
es poco útil para evitar el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel.
3. Evita el impacto
del sol en tu rostro para ello se recomienda llevar un gorro o sombrero para
que el sol no penetre directamente a la piel.
4. En el caso de
manchas también debes cuidarlas de la radiación solar. Además, puede aplicarse
el aceite Bio-Oil que ayuda a atenuar casi por completo las manchas en la piel.
Debe aplicarse dos veces al día durante un mínimo de 3 meses. Si utilizas un
protector solar, aplícalo una vez que Bio-Oil haya sido absorbido por completo.
5. No debe rascarse los lunares ya que esto daña la piel.
¿Son peligrosas las cabinas de
bronceado?
Según estudios realizados con relación a
este tema, las cabinas de bronceado están catalogadas como agente carcinogénico
por la International Agency for Research on Cancer (IARC), ya que aumentan el
riesgo de desarrollar cáncer de piel (melanoma y no melanoma), sobre todo si su
uso se ha iniciado en la adolescencia.
Esto se debe a que las cabinas de
bronceado no sólo emiten radiación UVA sino también un pequeño porcentaje de
radiación UVB. Además, el nivel de radiación UVA que podemos recibir en una
cabina de bronceado puede ser hasta 10 veces superior al de un día soleado en
el Mediterráneo.
El melanoma es cáncer de piel, no es el
único cáncer de piel que existe, pero sí es el más agresivo, el más mortal, la
buena noticia es que se cura si se detecta a tiempo.
De acuerdo con la Fundación Mexicana
para la Dermatología (FMD), el cáncer de piel ocupa el primer lugar de
incidencia en los hombres y el tercero en las mujeres, siendo su principal
causa la exposición prolongada a la luz solar.
En el último tiempo se incrementó el
número de casos de Melanoma y, en poco tiempo, probablemente en un tiempo sea
uno de los cánceres más frecuentes. Prestarles especial atención y no
subestimarlos, la clave en la prevención.
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