Ejiao, la exótica gelatina medicinal china que "pone en peligro a los
burros como especie"
Alejandro Millán ValenciaBBC
Mundo 23 marzo 2017
Se estima que hay unos 44 millones de
burros en todo el mundo.
En Egipto, lo que disparó la alerta fueron los cadáveres de 250 burros que aparecieron desollados bajo el sol, el año pasado, después de que habían sido robados y reportados desaparecidos apenas unos días antes.
En Colombia, la policía del Atlántico, una provincia
ubicada en el norte del país, señaló que investiga varios casos de desaparición
de asnos que terminaron de la misma manera que sus primos africanos en los
últimos meses: despellejados y con signos de maltrato.
E indagan sobre el caso de otros 600 burros que se esfumaron de los campos este mes de
febrero.
"Estos casos se repiten en Egipto, Sudáfrica,
Tanzania y otros países, y es grave porque para muchas comunidades estos
animales son sus vehículos y medios de subsistencia", le dijo a BBC Mundo
Alex Meyer, jefe de Programas de Donkey Sanctuary,
entidad de Reino Unido que se dedica a la protección de la especie.
"Es como si de la noche a la mañana, valga la
comparación, a toda una ciudad le quitaran sus carros. Los burros son
fundamentales para el transporte y la producción económica dentro de las
comunidades más aisladas del planeta".
Entonces, además de la lucha para evitar la cacería
ilegal del rinoceronte por sus cuernos y del elefante por sus colmillos,
¿tenemos que comenzar a preocuparnos por la piel de los burros?
Se estima que
anualmente se venden 1,8 millones de pieles de asno ilegalmente, principalmente
al mercado chino.
Anualmente se venden de forma legal 1,8 millones de
ejemplares de burro, según un reporte publicado en enero por la organización
británica. Pero la demanda, según señalan los expertos, estaría cercana a los 4
millones por año. Otros estiman que podría llegar incluso a los 10 millones.
"Esa cifra es insostenible y
pone en riesgo no solo a la especie, sino la utilidad que presta a millones de
personas alrededor del mundo", explicó Meyer.
Pero, ¿qué es lo que causa este aumento de la demanda?
La respuesta hay que buscarla en China.
Gelatina de burro
El ejiao, una exótica gelatina medicinal,
parece ser la clave del misterio.
La piel del burro, además de ser "tan blanda por
fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos", como lo
describió Juan Ramón Jiménez en su famosa obra "Platero y yo",
también contiene gelatina.
Y esa sustancia, que se extrae al hervir la piel, es
fundamental para crear una droga cuyas propiedades medicinales han sido
utilizadas hasta por los emperadores en China y que se conoce como ejiao.
Según explica la presidenta del Registro de Hierbas de la Medicina China, Emma Farrant, se
conoce como un "tónico de la sangre" en el contexto de las prácticas
orientales tradicionales y se usa para tratar condiciones como anemia, dolores
menstruales o tos severa.
"El Colla Corii Asini o Ejiao puede reducir el
proceso de envejecimiento mediante la mejora de la actividad antioxidante, la
eliminación de radicales libres y la modulación de la expresión génica en
relación al envejecimiento", asegura Dongliang Wang, especialista
farmacéutica de la Universidad de Shandong, en un documento enviado a BBC
Mundo.
Sin embargo, muchos expertos médicos cuestionan su
real eficacia.
Comercio de pieles de burro en el mundo
44 millones
de asnos se estiman que hay en el
mundo
1,8 millones de pieles se estima es la oferta anual.
4 millones de pieles es la demanda global. La mayoría proviene de China.
US$370 es el costo aproximado de un kilo de piel de burro.
Fuente: Donkey Sanctuary
Lo cierto es que el ejiao es
ampliamente utilizado en China: solo la empresa más grande de producción de
esta sustancia, la Dong'e Ejiao, contrata a 10.000 personas y utiliza cerca de
un millón de pieles de burros al año.
"Se consume en las zonas donde hay burro, no todo
el país porque China cuenta con 56 grupos étnicos diferentes y cada uno tiene
costumbres distintas, pero el ejiao lo consume el grupo étnico Han"
(el más grande del país) señaló el cónsul de China en Colombia, Huijun Wang, en
charla con los medios.
Esta gelatina obtenida de la piel es combinada con
otras hierbas para también ayudar al desempeño sexual y el rendimiento físico,
de acuerdo a varios anuncios de internet.
"Su consumo y su producción es totalmente legal
en el país", agregó el cónsul.
Ausencia de
materia prima
Y durante años, la demanda de este producto en China
se satisfizo con los burros del mismo país.
Pero la población china de burros está ahora en
crisis. A la dificultad que existe para su reproducción, dados los bajos
niveles de fertilidad de la especie, se suma la presión que genera el encierro
para los procesos de fecundación artificial con los que se intenta aumentar el
número de ejemplares.
La población de burros en China pasó de 11 millones en
1995 a seis millones en 2015, de acuerdo a los datos de los anuarios que
publica el gobierno de Pekín. Y las cifras continúan bajando.
Ejiao es una gelatina que se obtiene de
hervir la piel del burro.
"Desde 2015 estamos notando estos casos de
matanza de burros para sacarles la piel de forma ilegal, lo que pone en riesgo
a la población global de la especie para abastecer solo al mercado chino",
agregó Alex Meyer.
Ese aumento de la demanda ya fue señalado por varios
gobiernos. Burkina Faso, por ejemplo, informó que el precio de un
burro pasó de US$75 en 2014 a US$370 en 2016.
De acuerdo al reporte de los organismos
gubernamentales de varios países africanos, un kilo de piel se puede vender por
US$373.
En Colombia, otro foco de demanda, no solo la denuncia
de la desaparición de ejemplares va en aumento, sino que también crece la
exportación legal.
Y el destino siempre es Asia. El director del
Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, Luis Humberto Martínez,
reportó que en los últimos seis meses "había un mayor interés de lugares
como Hong Kong y China por la piel de este animal", según le dijo al
diario "El Heraldo".
En China ha descendido la población de burros en un
46% entre 1991 y 2014
Martínez señaló que entre 2015 y 2016 registraron la
salida de 208 toneladas de pieles de burro hacia estos dos destinos. Pero
aceptó que no había un control estricto sobre lo que salía del país, porque
China no exige un certificado zoosanitario en los puertos de partida de las
mercancías que los obligue a hacer un control.
"Solo sabemos lo que se procesó en los cuatro
mataderos legales que hay en el país", aclaró. "Tenemos que comenzar a reglamentar con el fin de evitar que se
esté dando tráfico ilegal".
El ICA anunció a finales del año pasado una serie de
medidas con el fin de regular la salida de estas pieles, entre ellas que las
empresas exportadoras tengan la obligación de presentar un certificado de los
mataderos legales donde se obtuvieron las pieles.
La
importancia de ser un burro
Asimismo, los productores de ejiao en China están en conversaciones con el gobierno
para lograr subsidios con los que puedan fomentar la cría de los burros y así
evitar que la demanda presione el comercio ilegal. Pero mientras esto ocurre,
demanda parece seguir aumentando en el gigante asiático.
Y el sustento para decenas de miles de familias
alrededor del mundo se está viendo amenazado, dicen expertos.
"Familias enteras en países como Etiopía o Zimbabue tienen como único patrimonio los
burros que poseen. Algunos de ellos llegan a valer unos US$300, que para ellos
es casi toda su fortuna", agrega el especialista del Donkey Sanctuary.
Los burros son
fundamentales para transporte y la subsistencia en varios países en desarrollo.
En Colombia, especialmente en la zona norte, el burro
es fundamental para el transporte de alimentos y agua. Por esa razón la Policía
Nacional lanzó una campaña llamada "Protege tu burro", en marcha en
la provincia de Sucre, donde se ha reportado el robo de unos 50 ejemplares en
los últimos seis meses.
Y además está monitoreando con cerca de 20 policías
las zonas de mayor concentración de estos animales para evitar más sacrificios
ilegales.
Pero otros países están tomando medidas más drásticas.
Burkina Faso, Pakistán, Malí y Senegal prohibieron
totalmente la exportación de pieles de asno, mientras que países como Zimbabue
y Gambia se encuentran estudiando regulaciones similares.
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