No solo es importante para la formación de
huesos y dientes. También lo es para la buena salud de músculos, entre ellos el
corazón.
El calcio es uno de los minerales más
populares entre la ciudadanía. La mayor parte de la población sabe que es
importante para la formación del esqueleto y de los dientes.
Estudios recientes relacionan bajas
ingestas de calcio con mayor prevalencia de cáncer colorrectal y alteraciones
cardiovasculares
Esta carencia puede suponer un problema más
grave de lo que se cree, porque el calcio tiene más funciones de las que lo
hacen tan "popular".
“Entre estas funciones está la contracción
de los músculos. La falta de calcio en sangre y en consecuencia en las células
musculares provoca tetania —espasmos— e hiperexcitablidad del músculo.
Además, como el calcio es uno de los
mensajeros celulares que actúan en la mayoría de las células de nuestro cuerpo,
interviene en el desarrollo de distintas enfermedades crónicas de alta
prevalencia en la población.
Hay estudios recientes que relacionan las
ingestas bajas de calcio con la mayor prevalencia de cáncer de colon y recto,
así como con alteraciones cardiovasculares, en especial en la isquemia
coronaria (infarto de miocardio) y con la hipertensión”.
Por otro lado, también se ha descrito una
relación entre bajas ingestas de calcio y el peso corporal, siendo los
individuos que ingieren menos calcio los que presentan mayor peso.
Calcio en lácteos, verduras y pescado
Con estas claves se evidencia que
deberíamos tomarnos más en serio eso del calcio, a pesar de la campaña que se
ha desarrollado en los últimos años en contra de la leche. “Los posibles
(potenciales) efectos negativos de los lácteos se compensan, de largo, con sus
efectos positivos, no solo en su contenido en calcio sino en proteína de alta
calidad y en otros componentes saludables (péptidos funcionales)”.
Se habla de lácteos porque tienen una
relación directa con el calcio. “La principal fuente de calcio es la leche y
sus derivados (yogur, queso), excepto la mantequilla”. También lo contienen las
verduras de hoja verde, algunas hortalizas y frutas, aunque en menos cantidad
que los lácteos y, además, el calcio que aportan estos vegetales se absorbe
peor que el calcio que procede de los lácteos. El pescado, en especial el
pequeño, aporta calcio si se toma entero, con espina: las sardinas en lata, los
boquerones... Es importante tener en cuenta los alimentos que contienen este
mineral porque es un micronutriente que el cuerpo no fabrica. Tenemos que
conseguirlo con la dieta.
Y así debe ser a lo largo de toda la vida.
No es suficiente con ingerirlo en la etapa de crecimiento. “Además de la infancia y la adolescencia, es importante
durante la etapa de adulto y a partir de los 50 años, especialmente las mujeres
tras la menopausia. La densidad y fortaleza de los huesos que alcancemos a los
30 años va a determinar los problemas de osteoporosis que tengamos a partir de
los 50 años. Por eso es importante el consumo de calcio hasta esa edad”.
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