Dos iniciativas afines y distintas para regular el negocio del sexo
Actualmente no hay una norma
para otorgar licencias de funcionamiento a los prostíbulos. Dos organizaciones
de trabajadoras sexuales quieren poner fin a esto. domingo, 23 de
octubre de 2016
Sergio Mendoza / La Paz http://www.paginasiete.bo/
. Trabajadoras
sexuales fuera de la Alcaldía de La Paz piden respeto a sus fuentes de trabajo.
Por décadas en todo el país los prostíbulos funcionaron sin licencia para ser tales. Y es que si ejercer la prostitución nunca fue ilegal, hasta hace poco quien tenía un lugar para ofrecer servicios sexuales incurría en proxenetismo, delito penado con hasta seis años de cárcel.
Esto cambió en 2012. Ahora el dueño de
un local incurre en proxenetismo sólo si se demuestra que allí se promueve la
explotación sexual o violencia sexual comercial. Aún así no hay norma alguna
que permita la entrega de licencias de funcionamiento a estos sitios.
Por eso la mayoría de los
prostíbulos "baratos” funcionan sin licencia, igual que los "caros”,
aunque éstos últimos suelen tener permisos en calidad de whisquerías, lo
cual sólo les faculta a vender bebidas alcohólicas.
Después del escándalo del club
Katanas (un empresario preso y un monumento al sexo derrumbado) las
autoridades emprendieron una corta cruzada contra los "lenocinios
ilegales”; pero nunca los hubo legales.
Por eso a fines de septiembre una
muchedumbre de afiliadas a la Organización de Trabajadoras Nocturnas de Bolivia
(OTN-B) protestó frente al Palacio Consistorial para defender sus fuentes de
trabajo y recordar que tienen un proyecto de ley dormido en el Legislativo que
puede poner fin a este lío.
En ese documento básicamente se
busca que la "autoridad competente” otorgue licencias de funcionamiento a
los "centros de trabajo sexual” que cumplan ciertos requisitos.
Poco después, el 7 de octubre, un
reducido grupo de la Organización de Mujeres en Estado de Prostitución
(Omespro), con María Galindo a la cabeza, presentó a las alcaldías de La Paz y
El Alto una iniciativa legislativa con un solo artículo en el que también se
propone la entrega de licencias de funcionamiento pero no a los locales en sí,
sino a las trabajadoras sexuales, esto con el propósito de que no haya
intermediarios en la venta de sexo.
Ambas organizaciones se acusan
mutuamente de ser dirigidas por proxenetas. Por ello, a pesar de la similitud
en sus propuestas legales hay diferencias.
El proyecto elaborado por la OTN
junto al diputado Raúl Rocha, tiene 23 artículos que establecen las condiciones
en las que deben estar los centros de trabajo sexual, las trabajadoras y
trabajadores, no se refiere a los propietarios o administradores de esos
establecimientos. Esto fue observado por el Ministerio de Salud.
No obstante, se aclara que quien
realice este oficio puede hacerlo individualmente o asociado, siempre de forma
voluntaria.
Mientras que la propuesta de
Omespro enfatiza que "las licencias serán otorgadas únicamente a las
mujeres en situación de prostitución y no así a terceras personas (...) que
deseen abrir locales de este rubro para la explotación de terceras personas”.
La venta de alcohol es la segunda
diferencia sustancial entre ambas iniciativas. La OTN explica cuatro tipos de
centros de trabajo sexual (lenocinio, club privado, whisquería y table dance),
en todos se puede beber. Pero Omespro pretende prohibir el consumo de alcohol y
que las "oficinas” sólo sean para vender sexo.
El proyecto de la OTN prevé también que
todo el personal que trabaje en un local no tenga antecedentes policiales ni
penales, que las trabajadoras y trabajadores estén libres de cualquier
enfermedad contagiosa, que las gobernaciones tengan un registro de ellos, entre
otras cosas.
Además, se apunta a que haya zonas
delimitadas geográficamente y con horarios donde se ofrezcan servicios
sexuales.
Este proyecto aún es revisado en
un comité de la Cámara Baja. El diputado Rocha indicó que aún puede sufrir algunas
modificaciones. El otro recién será analizado en alguna comisión de los
concejos municipales.
Plantean cursos de capacitación
para ejercer el oficio
Para ser trabajadora o trabajador sexual
la OTN propone pasar un curso organizado por tres ministerios para
entender los riesgos y obligaciones que implica este oficio, considerado uno de
los más antiguos en la historia de la humanidad.
"(Contar con un) certificado de
asistencia al curso gratuito y obligatorio impartido por los ministerios de Salud,
Justicia y Trabajo, y de acuerdo a sus competencias las entidades territoriales
autónomas”, señala el numeral 2 del artículo 8 del proyecto de ley que esa
organización tiene en el Legislativo.
El mencionado curso "debe
asegurar el conocimiento básico sobre derechos humanos , derecho
constitucional, derecho laboral y derecho penal, y especialmente la prevención
de adicciones e infecciones de transmisión sexual. El certificado tendrá
validez de tres años”, se lee en el documento.
Además de este requisito está, por
supuesto, el ser mayor de 18 años. También el de no padecer ninguna enfermedad
contagiosa, lo cual será comprobado por un certificado otorgado por los
servicios departamentales de salud (SEDES).
En caso de contraer una infección,
la persona deberá suspender su trabajo hasta que se sane. El alejamiento puede
ser de forma temporal o incluso para siempre.
Para garantizar que no haya explotación
sexual ni trata y tráfico los trabajadores deberán firmar una declaración
jurada en la que certifiquen que su actividad es de forma libre y voluntaria, y
que conocen bien todo lo que implica.
PUNTO DE VISTA
RAÚL PINO ICHAZO, abogado e investigador.
"Un mundo sin prostitutas
sería imposible”
Lo siguiente son extractos del libro
Prostitución, publicado en 2015 por el abogado boliviano Raúl Pino
Ichazo.
"Los Estados marginan a las
mujeres que viven de la prostitución obligándolas a vivir en virtuales guetos,
realidad que denuncia la incapacidad de los legisladores en las
propuestas, deliberaciones, aprobación y expedición de leyes encaminadas a
crear seguridad jurídica, y al reconocimiento de sus derechos y
obligaciones.
La aplicación de leyes que
promueven la evolución de las sociedades alejaría el peligro y la presencia de
los personajes perturbados que son proclives a delinquir con la vida de las
prostitutas.
El único sujeto que hace rentable
esta actividad de venta de sexo es el hombre que, según el pesimismo de
Maquiavelo, es malo, pero este filósofo no vislumbró que la naturaleza humana
es buena en su esencia misma y en sus tendencias más profundas. Esa bondad
radical, unida a los múltiples males cotidianos, constituye la causa de
las luchas y el progreso de la humanidad. Un avance en ese horizonte sería el
mejoramiento de las condiciones sociales de las prostitutas, ya que un mundo sin
prostitutas sería imposible, aunque los impugnadores concienzudos visualicen
líricamente un mundo asépticamente moral.
El mejoramiento de las condiciones
de la prostitución debería sustentarse en puntos como la seguridad social
plena, leyes de protección al oficio, la opción de insertarse en
cualquier momento a otros oficios y actividades sin sufrir discriminación”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario